Hola bloggers :
Hace una semana o así os dije que iba a viajar a una de las ciudades más conocidas del mundo y ya estoy de vuelta.
Antes de todo tengo que confesaros que fue una experiencia preciosa y que mereció la pena ,aunque fuera un solo día, visitar esta maravillosa localidad francesa.
Ahora, con esto dicho, os contaré, acompañado de fotografías propias, como viví esas 24 horas en París.
1.CADA VEZ MÁS CERCA
Ya estaba todo listo para dejar mi humilde morada y dirigirme al aeropuerto de mi ciudad. Cogimos el coche y, un poco impacientes, tomamos dirección hacia este. Cuando llegamos, pasamos el control de seguridad , miramos atentamente la pantalla donde están escritas las puertas de embarque y nos hicimos camino hacia la que anunciaba nuestro vuelo, percatándonos de que cada vez estábamos más cerca.
Una vez en el avión, me acomodé y me quedé, casi ensimismado, mirando por la ventanilla a la vez que el aeroplano iba dejando atrás la ciudad que iba a volver a ver al día siguiente.
Sin embargo, eso no me importunaba, ni siquiera lo pensaba. Lo que de verdad me importaba en aquel momento era llegar a París y sentirme bien al respirar el aire francés.
2.LLEGADA A PARÍS
Durante el vuelo, me encontraba intentando matar el tiempo: que si ojeaba las revistas, que si miraba por la ventanilla, que si hablaba con mi acompañante... También decidí hacer unas fotos, ya que a lo lejos se divisaban los Pirineos, señal de que ya habíamos pasado la frontera.
(HACED CLICK EN LAS FOTOS PARA VERLAS AMPLIADAS)
Pasaron unas horas y el comandante anunció que ya íbamos a aterrizar en París. A mí me permitieron entrar a la cabina para el aterrizaje e hice unas fotos bastante emocionado puesto que me mostraron la Torre Eiffel desde arriba. Todos los medios meteorológicos nos habían advertido de que iba a hacer mal tiempo mas, a nuestro favor, se veía claramente que presumía un cielo azul con un sol de tarde espléndido al pisar tierra.
Al aterrizar en París recogimos nuestro equipaje y salimos rápidamente a coger el taxi que nos llevaría al hotel. Pero antes hice una foto del aeropuerto de Orly, uno de los dosaeropuertos de París que, para sorpresa la mía, estaba bastante anticuado.
3. SALIDA NOCTURNA
Al llegar al hotel, dejamos nuestras cosas y decidimos salir a dar una vuelta puesto que hacía un anochecer precioso, con una temperatura muy agradable.
Fuimos acompañados por un nuevo amigo que nos orientó por la ciudad de la cual dijo que nunca la acabarías de conocer del todo, ya que siempre existe algo nuevo que descubrir. Por eso le gustaba tanto esa metrópoli.
Al mismo tiempo que caminábamos a paso ligero, observaba lo que había a mi alrededor. Las casa parisinas eran preciosas; eran todas muy parecidas y tenían unos tejados oscuros maravillosos. En los grandes ventanales y miradores usaban pocas cortinas; se apreciaba perfectamente la casa por dentro y os puedo asegurar que eran muy acogedoras. Parecían de revista, hasta la luz que las iluminaba era cálida y sutil. Las papeleras en las calles eran de bolsa de plástico verde porque, al parecer, hubo un atentado hace muchos años en el cual pusieron una bomba en una papelera y se llevó por delante la vida de muchas personas. Pasamos por los Jardines de Luxemburgo ,que estaban cerrados y, a continuación, por unas calles muy animadas que poseían unos restaurantes preciosos y muy originales.
A medida que avanzábamos, casi sin darnos cuenta, llegamos a las orillas del río Sena, el cual atraviesa toda la ciudad. Ya casi había anochecido y todo estaba iluminado de una forma inigualable; las casas situadas al margen del río eran, al igual que los puentes, alumbrados por los largos barcos con focos de luz a los lados que pasaban cada poco tiempo y que, como podréis observar en la foto, creaban una atmósfera hermosa.
Llegamos a la Catedral de Notre Dame y me pareció que ya la había visto en el pasado, posiblemente por la televisión o las películas, pero eso no quitaba para nada la belleza de la catedral , que ya cumplía 850 años. Pare celebrarlo, habían puesto una plataforma enfrente de ella para contemplarla mejor.
Después de hacer unas cuantas fotos, nos adentramos en en unas calles muy vivas y nos sentamos en un típico café
parisino, donde probé unas crêpes y un "café au lait" por simple curiosidad. A continuación, un poco fatigados, volvimos al hotel en metro para descansar, puesto que al día siguiente tendríamos que conocer mucha ciudad.
4. LA MAÑANA EN PARÍS
A la mañana siguiente, nos despertamos temprano. Teníamos que aprovechar al máximo lo que nos quedaba de tiempo. Desayunamos los sándwiches del avión con el té que había en la habitación del hotel y bajamos renovados a recepción. Ya habíamos pensado en coger un autobús turístico para ver más monumentos de una forma más rápida y cómoda, así que preguntamos al recepcionista, en una especie de francés-inglés, donde se cogía este. Él nos respondió que había que ir al Trocadero y que podíamos ir perfectamente en metro, ya que era directo. Como el Trocadero está en frente de la Torre Eiffel, decidimos subir a esta antes de subir al bus. Nos pusimos en marcha y, fácilmente, llegamos a nuestro destino.
A medida que nos acercábamos caminando, al igual que dentro del tren por la ventana, se apreciaba la parte alta de la Torre entre los edificios. Era una sensación fantástica la que te proporcionaba esa imagen, casi parecía de película.
Aterrizamos a los pies de la Torre Eiffel y era realmente espectacular, tanto la cola para entrar como ella misma. Un cartel electrónico nos dio la bienvenida y nos dispusimos a esperar en orden. La Torre acababa de abrir y la cola parecía inaguantable, sin embargo,la espera no se nos hizo larga, ya que en media hora ya habíamos entrado. La construcción era tan alta que no se la podía hacer una foto entera y te agachabas lo que podías para tratar de inmortalizarla lo más posible. Después de pasar por el control de seguridad, entramos por la zona norte. Subimos por un ascensor grande con mucha gente hasta la primera planta, que para ser la primera ya me daba vértigo!
A continuación, tuvimos que esperar otra cola para el ascensor que ascendía a la segunda planta y esta se nos hizo un poco más larga. Cuando cogimos el ascensor, el trayecto hasta la segunda planta era largo y estuvimos como un minuto y pico dentro. En el segundo nivel, solo podías mirar por las ventanas porque estaba cubierto pero el último piso era el mejor. Ahí únicamente había rejas y la vista era impresionante, caminabas a medida que disfrutabas de la panorámica de París y se veía absolutamente todo.
A medida que avanzábamos, casi sin darnos cuenta, llegamos a las orillas del río Sena, el cual atraviesa toda la ciudad. Ya casi había anochecido y todo estaba iluminado de una forma inigualable; las casas situadas al margen del río eran, al igual que los puentes, alumbrados por los largos barcos con focos de luz a los lados que pasaban cada poco tiempo y que, como podréis observar en la foto, creaban una atmósfera hermosa.
parisino, donde probé unas crêpes y un "café au lait" por simple curiosidad. A continuación, un poco fatigados, volvimos al hotel en metro para descansar, puesto que al día siguiente tendríamos que conocer mucha ciudad.
A la mañana siguiente, nos despertamos temprano. Teníamos que aprovechar al máximo lo que nos quedaba de tiempo. Desayunamos los sándwiches del avión con el té que había en la habitación del hotel y bajamos renovados a recepción. Ya habíamos pensado en coger un autobús turístico para ver más monumentos de una forma más rápida y cómoda, así que preguntamos al recepcionista, en una especie de francés-inglés, donde se cogía este. Él nos respondió que había que ir al Trocadero y que podíamos ir perfectamente en metro, ya que era directo. Como el Trocadero está en frente de la Torre Eiffel, decidimos subir a esta antes de subir al bus. Nos pusimos en marcha y, fácilmente, llegamos a nuestro destino.
A medida que nos acercábamos caminando, al igual que dentro del tren por la ventana, se apreciaba la parte alta de la Torre entre los edificios. Era una sensación fantástica la que te proporcionaba esa imagen, casi parecía de película.
Aterrizamos a los pies de la Torre Eiffel y era realmente espectacular, tanto la cola para entrar como ella misma. Un cartel electrónico nos dio la bienvenida y nos dispusimos a esperar en orden. La Torre acababa de abrir y la cola parecía inaguantable, sin embargo,la espera no se nos hizo larga, ya que en media hora ya habíamos entrado. La construcción era tan alta que no se la podía hacer una foto entera y te agachabas lo que podías para tratar de inmortalizarla lo más posible. Después de pasar por el control de seguridad, entramos por la zona norte. Subimos por un ascensor grande con mucha gente hasta la primera planta, que para ser la primera ya me daba vértigo!
A continuación, tuvimos que esperar otra cola para el ascensor que ascendía a la segunda planta y esta se nos hizo un poco más larga. Cuando cogimos el ascensor, el trayecto hasta la segunda planta era largo y estuvimos como un minuto y pico dentro. En el segundo nivel, solo podías mirar por las ventanas porque estaba cubierto pero el último piso era el mejor. Ahí únicamente había rejas y la vista era impresionante, caminabas a medida que disfrutabas de la panorámica de París y se veía absolutamente todo.
Cuando terminamos de contemplar las maravillosas vistas de la Torre Eiffel, bajamos del cielo a la tierra de nuevo. Antes de coger el autobús turístico tuvimos que hacernos unas fotos en los Champs de Mars con la Torre detrás para presumir después de que habíamos estado en París. Desde allí sí que se podía hacerla una foto entera.
A continuación, subimos al autobús turístico, concretamente uno llamado Foxity. Compramos la opción City Tour Pass (one day) puesto que era lo mejor para un día. Recorrido completo con subidas y vueltas tantas veces que lo deseemos con 4 paradas (Tour Eiffel, La Madeleine, Notre Dame, Arc de Triomphe).
Era la mejor opción, vimos todo lo importante de París desde el segundo piso del autobús con un audio guía explicándonoslo todo. Una cosa que me llamó la atención fue que, en los áticos de las casas tenían montado un verdadero jardín, con árboles y todo. Mirad la foto!
Decidimos bajarnos del Foxity en la parada de Notre Dame, la cual habíamos visto la noche anterior, para entrar en ella. Allí la cola se movía rápido y entramos sin problemas. Su interior era impresionante, una de las catedrales más antiguas de Europa en perfecto estado. Sus vidrieras eran preciosas y reflejaban la luz con colores muy llamativos.
Su exterior también era impresionante, no sé si me gustó más de noche que de día porque los dos tienen su encanto. La rodeamos y me llamaron la atención las gárgolas que observaban atentamente lo que pasaba en las calles con aspecto acechante.
Al ver tantas cosas, nos moríamos por tomar algo y vimos un sitio bastante divertido para hacerlo, en un barquito sobre el Sena.
El aperitivo allí fue una de las cosas que más me gustaron del viaje, notabas como este se movía al estar anclado sobre el agua con Notre Dame al fondo.
Cuando terminamos, fuimos a almorzar a un bistrot también a lado de la catedral y la verdad es que comimos bastante bien.
Con el estómago lleno, regresamos al Foxity para terminar de ver lo que nos faltaba.Llegamos al hotel, pero antes compramos unos buenos quesos para llevar a casa. Y a sabíamos que nuestro viaje ya estaba acabando pero estábamos contentos de todas formas.
6. HASTA SIEMPRE PARÍS
Llegó la hora, ya estábamos listos para volver al aeropuerto de Orly de vuelta a casa. Pasamos el control de seguridad y, a continuación, entramos en el avión. Nos sentamos y esperamos un poco nostálgicos a que este nos llevara vuelta a casa.
Hablamos sobre el día y de lo que más nos había gustado del periplo y yo, sinceramente, no pude escoger una cosa sino todo porque todo, absolutamente todo, me agradó en ese día.
Al poco tiempo llegábamos de vuelta a casa, ya con la puesta de sol. Esa puesta de sol que nos hacía comprender desde la cabina, a la que nos habían invitado de nuevo a pasar, que, al igual que el sol en ese día, nuestro viaje había terminado y que la maravillosa ciudad de París albergaría en nuestros corazones para siempre.
A continuación tenéis unos enlaces que os pueden interesar:
Oficina de turismo de París
Foxity bus turístico
Playa en París
Torre Eiffel
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